Por: Jesús Antonio Guzmán Cruz
La
planeación del argumento es un proceso que puede distinguirse en fases
principales. Desde identificar un problema hasta la propuesta de la conclusión.
Las fases principales son una concatenación de unidades, que en su conjunto
establecen al argumento. Pero hay la posibilidad de adentrarse en una
estructura más sutil de esas unidades, un nivel en el que tendríamos presentes
las oraciones individuales. Este nivel es donde se ha introducido la idea de la
forma lógica.
El
estudio de las oraciones individuales se clarifica a la luz de las
consideraciones más generales, que se estudiaron anteriormente, ahora el foco
de atención lo ocupa el análisis de la relación de pequeñas frases. De la
relación de estas frases se logra establecer la validez del argumento, o la
invalidez, hay una forma en la que se estructuran y además, se estudiara que
importancia tienen estas relaciones con lo que se conoce tradicionalmente por
forma lógica.
Para
examinar los distintos argumentos es necesario establecer un esquema de
análisis, esto mostrara si el argumento es válido o no, de tal forma que se
tome en cuenta a las razones en las que se apoyan y en qué medida estas
sostienen a la conclusión.
La
cuestión que plantea Toulmin va desde la presentación misma del argumento, cómo
debe presentarse el argumento para hacer explicitas las bases que sustentan su
posible validez.
Además se trata de comprender en qué sentido la aceptación o
el rechazo de un argumento se condiciona por sus méritos o defectos “formales”.
Existen
dos modelos de argumentos, el matemático y el legal. La forma lógica de un
argumento válido es comparable a una relación matemática, esto es, en el
sentido de una figura geométrica. O, caso muy distinto, un argumento válido
puede establecerse como el seguimiento de una serie de pasos, que siguiendo una
serie de formalidades llega a presentar una conclusión que deba ser aceptada si
no hay objeciones al procedimiento.
Ambos son los modos en los que se presentan
los argumentos, la forma lógica quizás puede llegar a tomar en cuenta ambos
aspectos, cuya presentación formal dependa del caso específico que se tome en
cuenta. Una estructura geométrica (forma lógica) o una estructura legal
(esquematización).
Son
dos aspectos para establecer la validez de algún argumento, por un lado como un
procedimiento sujeto a ciertas formalidades; por otro lado, un argumento que se
presente y se establezca como una forma geométrica, siendo simple y directo en
su forma. Se puede considerar que todo argumento válido pueda ser presentado de
una forma simple, como una configuración geométrica simple, pero de qué manera
esta configuración geométrica garantizaría a su vez la validez del
procedimiento. Suponiendo que esta formulación de los argumentos sea posible,
hay que saber de qué manera esto contribuye a hacerlos más contundentes.
Estos
son los problemas que se estudiaran a lo largo de esta investigación.
Lo
primero es considerar el objetivo práctico de la lógica aplicada, comenzando
por clarificar las características que necesita tener la estructura de los
argumentos para ser transparente desde un punto de vista lógico. Para lograrlo,
veremos dos cosas, primero las cuestiones en el establecimiento de una
conclusión. Y segundo el llamado silogismo.Del silogismo
Aristóteles expuso que
el análisis de la estructura de los argumentos se puede estudiar a partir de un
planteo muy simple. Premisa mayor, premisa menor, por tanto, conclusión.
Este
análisis plantea nuevos problemas. Las tres categorías en las que se dividen
los argumentos pueden resultar muy reducidas, induciendo a errores en su
interpretación. Cabe preguntarse si hay similitudes suficientes en las premisas
mayor y menor como para agruparlas en un mismo término único de “premisa”.
Al
no estar de acuerdo con una presentación tan simple del análisis del argumento
Toulmin plantea la necesidad de ser más sutiles, de incluir más elementos que
hagan posible un análisis a un nivel mucho más profundo por eso expone el
proceso legal, haciendo referencia a su forma de abordar una conclusión y en
general de presentar un argumento con más fuerza.
La
naturaleza de un proceso legal solo puede ser adecuadamente entendida si se
traza un abundante número de distinciones. Siguiendo esta línea Toulmin se
pregunta si acaso no pasa lo mismo con todos los argumentos racionales, que
requieran un esquema que contenga muchas distinciones.
Las
conclusiones se alcanzan mediante una serie de pasos, un procedimiento que se
hace explicito cuando se aducen las razones o premisas que sostienen a la
conclusión. En el momento que hacemos una afirmación es porque tenemos en mente
algún hecho que la apoya es nuestra “evidencia”. Si aseveramos algo es gracias
a que ante cualquier interrogante, o duda acerca de nuestra afirmación, puede
ser debatida por medio de algún hecho que la confirme.
Las
diferencias de las funciones que pueden tener los enunciados, en términos de
esquema y en términos de formalización, la naturaleza de la distinción, tiene
que ver con la manera en la que se tratan los argumentos.
La propuesta de Toulmin, la
esquematización.
Los
términos que se mencionan son los necesarios para componer un esquema que
permita analizar argumentos.
Entonces,
tenemos:
Datos:
Son
los hechos que confirman una conclusión.
Conclusión:
Aseveración
que podemos apoyar, si es que hemos hecho bien nuestro trabajo.
Garantías:
Son
generales y aseguran la validez de todos los argumentos del tipo
correspondiente, por lo que se establecen de forma diferente a los elementos de
justificación que damos como datos.
Demostrar
que los datos y la conclusión están conectados, es decir, que se pruebe que de
los primeros se puede pasar apropiadamente a lo segundo. Son los enunciados de
carácter general, o hipotético, que actúan como puente entre uno y otro. Estas
tipos de enunciaciones son las garantías, como las llama Toulmin.
Sin
embargo, una garantía puede servir no solo para autorizar un paso en un
argumento, también puede utilizarse como un dato bajo otros contextos.
Solamente los distinguimos cuando vemos que desempeñan dos funciones lógicas
distintas, como queda en contraste en las siguientes oraciones: “Siempre que A,
se ha hallado que B” y “Siempre que A, puede entenderse que B”.
Los términos modales.
También
se debe de manifestar la fuerza con la que los datos, que aceptan una garantía,
están cimentando nuestra conclusión. Esto porque la garantía a veces no alcanza
para asegurar la validez de todos los datos a menos que se trate de datos
apropiados. En dicho caso se utilizara el adverbio “necesariamente”. Otras
veces, las garantías aunque nos permiten dar el paso de los datos a la conclusión,
lo hacen con reservas, bajo condiciones, excepciones o matices. En este caso se
utiliza el término modal de “probablemente” o “presumiblemente”. Por lo quedan
formulados lo que Toulmin engloba como (M) matizadores modales y (E) las
condiciones de excepción o de refutación.
La dependencia del campo o variabilidad
(R):
Puede
que alguien no esté satisfecho con aceptar que las garantías justifican el paso
de los datos a la conclusión, y que se cuestionen mediante un caso en
particular a la generalidad de la garantía. Qué justifica a la garantía, es una
pregunta que depende directamente del campo en el que estamos tratando, puede
ser moral, legal, matemático. Donde cada garantía se construye y justifica de
distintas maneras, y a veces está sujeto a variación.
Este
es el esquema que ofrece Toulmin para analizar argumentos:
Tenemos
una afirmación, que se apoya en datos. Esta relación se simboliza con una
flecha, esta flecha también indica lo que nos permite pasar de estos a la
afirmación, paso que permite la garantía.El esquema como vemos aquí pone de
manifiesto, o registra explícitamente, el paso de los datos a la conclusión.
Además permite distinguir entre datos y garantías por el mismo hecho de que a
los datos se recurre explícitamente, mientras que a las garantías
implícitamente.
Hay
que establecer los conceptos de cada uno de los términos, el esquema muestra la
relación que hay entre los diversos términos. La forma en la que se comunican
esta puesta como esquema, y posibilita una posible comprensión del modo en el
que se establece un argumento, la manera en la que se sostiene y, en general
como establecer un argumento.
De
presentación formal:
Todos
los perros son carnívoros.
Los
perros afganos son perros.
Por
lo tanto, los perros afganos son carnívoros.
Ahora bien, en base a estos esquemas
hay algunos puntos que toca Toulmin
No
nos basta solamente por la forma para considerar que algo es una ley.
Necesitamos algo más que un enunciado general, como “todos los cuerpos son
negros” ¿es una ley? o ¿es una información? Cuando lo esquematizas encuentras
la necesidad de ver cuál es el respaldo. Yo quiero que lo general tenga un
carácter irrestricto (a través del tiempo y el espacio), eso es lo que
diferencia la ley de un simple hecho o información.
Leyes
o garantías son para nosotros, algo como “no mataras”. Nos preguntaríamos bajo
qué condiciones, es posible asesinar bajo condiciones que se contextualizan.
Como en un estado de guerra.
La
ley, es lo general más el carácter irrestricto (a todo tiempo y espacio). Yo
aceptare lo que sea general no solo por su forma, como pasa en “todos los
cuerpos son negros” tiene una forma general pero no la aceptamos como una ley.
Todos
los cuerpos caen, es una garantía no es una ley. Modulo la aplicación y puedo
establecer que solo es en la Tierra o con una atmosfera. Viendo las condiciones
en las que las garantías son aplicables veo que no son irrestrictas, pero son
un respaldo de los datos.
El
dato puede hacer uso de una garantía implícitamente. Cuando hacemos el paso de
los silogismos a la esquematización vemos los problemas. Esto es lo que aporta
Toulmin, la necesidad de una análisis más preciso, no solo “formal”.
Bibliografía:
Stephen
E. Toulmin, “Los usos de la argumentación”, Trad. María Morrás y Victoria
Pineda, Barcelona, Ed. Península, 2007
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