Pedro Iván Galeanafacebook.com/codigoabierto
Como si fuera de otro tiempo, el movimiento
independentista de Barcelona de España que ocurre actualmente, se aparece en el
norte de nuestro país, tal y como se presentó en una de las películas del
Zorro, en la que se mostraba cómo había surgido un movimiento para unificar los
dos estados californianos con el fin de separarse y conformar un nuevo país.
Esto ha derivado un enfrentamiento en la página
oficial del movimiento en Facebook, o con el tema en Twitter; sin embargo,
lejos de ser una verdadera posibilidad, surge la pregunta, ¿estamos los
mexicanos hartos de nosotros mismos?, cabe destacar que éste no es el primer
movimiento cuyo fin sea independizar un estado, también deberíamos
preguntarnos ¿qué originan realmente
estas ideas?: El narcotráfico, la falta de vías de participación, la mala
política que tenemos, las crisis económicas del país. Como diría Lorenzo Meyer,
los norteños siendo norteños.
México es un país rico y basto, con muchos
recursos naturales y humanos, en este país sobresalen muchas cosas pero lo
primero es la gran diversidad de cultura que se muestran en tradiciones o
comidas, pasando por fiestas, rasgos físicos y hasta la forma en cómo los
habitantes de las múltiples ciudades mexicanas hablan el español, pero algo que
el país - en el orgullosamente nací y vivo – sufre, es de una polarización
extrema que se ve y se siente en su población, partiendo de ideas políticas,
religiosas, económicas, hasta llegar a las sociales, México es víctima de su gran diversidad, falta
de acuerdos y diálogo.
Charles Darwin dijo alguna vez que la
diversidad es lo que mejora y hace mas resistente a la raza. En la democracia,
que es la forma de gobierno en la que vivimos, parte del principio en que la
diversidad de ideas fortalece a la sociedad y a la democracia misma, sin
embargo, la imposición de éstas, provoca un deterioro de la forma de gobierno
que termina por expirar como si de un producto de comida se echara a perder.
La
democracia, así como la legitimidad del gobierno de México, cada vez está más
por los suelos, y si no ocurre un cambio rápido en lo que se refiere a la
construcción de una buena base social y una reconstrucción de nuestra política,
así como también de vías de acceso y romper con la oligarquía de las élites que
controlan el tablero (partidos políticos), no me extrañaría que pronto escuche
a la población ya no pedir democracia ni derechos humanos, sino orden y
seguridad, muy similar a lo que se vivió en la época de Santa Anna cuando se
mataba y después se preguntaba.
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