Francisco Flores Martínez
@floresm_franc
Ante los actos de racismo y
discriminación que se han presentado en el futbol mexicano, el Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación (Conapred), pidió tomar cartas en el asunto antes
de que el problema se incremente y tome tintes violentos, como ha sucedido en
otras partes del mundo.
El futbol mexicano
desafortunadamente no ha sido ajeno ante estas absurdas actitudes. Algunos de
los casos más sonados son:
En febrero de 2015, el panameño
Roberto Nurse jugador de Dorados de Sinaloa del Ascenso MX, denunció insultos
racistas que recibió en Twitter por parte de Juan Carlos Román un usuario quien
se dedica a ser representante de futbolistas, este sujeto llamó “negro muerto
de hambre” al futbolista, quien denunció las ofensas y pidió castigo.
Finalmente, el agresor se disculpó por llamar “muerto de hambre” al jugador,
pero no por decirle “negro”.
En septiembre de 2014 ante la
euforia de la presentación de Ronaldinho con el club Querétaro, la ex estrella
de selección brasileña, recibió insultos racistas por parte de Carlos Manuel
Treviño, ex secretario de Desarrollo Social del ayuntamiento de Querétaro,
quien lo llamó “simio” en facebook.
En el Torneo Clausura 2014, en el
estadio Hidalgo, un sector de aficionados del Atlante insultó a los jugadores
de Pachuca Walter Ayoví y Enner Valencia.
En una visita de Monterrey a León en
2014, el delantero colombiano Dorlan Pabón fue víctima de gritos racistas desde
las gradas.
Durante un partido en febrero de
2014 en el mismo estadio de León, la porra del equipo visitante Pumas imitaban
gritos de simios cada vez que tocaban la pelota los jugadores colombianos del
club local, Eisner Loboa y Franco Arizala. Estas actitudes no son nuevas, ya en
el año 2012 también ante jugadores del León, la misma porra de Pumas tuvo
manifestaciones racistas hacia los jugadores.
También en mayo del 2013, el
ecuatoriano Christian Benítez fue insultado por aficionados de Pumas, quienes
insultaron en reiteradas ocasiones al delantero sudamericano imitando sonidos
de simios en cada ocasión que tocaba el esférico.
Sobre la misma temática, el panameño
Felipe Baloy, durante un partido en 2010 en el Estadio Olímpico fue centro de
burlas y agresiones verbales racistas por parte de los defensas Darío Verón y
Marco Palacios.
Hasta ahora la Liga MX ha dejado de
minimizar este asunto y se propone implementar el reglamento de FIFA, que
faculta al árbitro para suspender el encuentro en caso de estas
manifestaciones.
En México deben frenarse estas
mismas actitudes que ocasionalmente veíamos en el futbol europeo, y que
seguramente aquí algunos oligofrénicos y analfabetas funcionales se les hizo
gracioso copiar pensando que esto es una moda o buscando un falso protagonismo,
pero que en realidad sólo demuestra intolerancia y una profunda ignorancia.
Finalmente, sólo me resta
recordarles que el artículo 1 de la Constitución Mexicana dice: “…Todas las personas gozarán de los Derechos Humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que
el Estado Mexicano sea parte… Queda prohibida toda discriminación motivada por
origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición
social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias
sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana
y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las
personas”.