lunes, 10 de marzo de 2014

La Guerra no es fría

Por: Pedro Iván Galeana

@pedroigaleana


En esta semana el parlamento de Crimea votó a favor de la integración de dicho Estado a la nación Rusa, hecho que provocó el desagrado de muchos países de occidente, incluido Estados  Unidos, los estados integrantes de la EU (unión europea por sus siglas en inglés), y por su puesto Ucrania, país que no es miembro de la unión europea, pero que busca su integración desde la separación de la URSS en 1991.

Este acontecimiento a ocasionado algo que parecía muy viejo, pero que a la vez ha estado presente de manera implícita en el mundo, la división entre el occidente con la bandera del capitalismo e ideas neoliberales, y el oriente comandados por Rusia,  el cual parece convertirse con el paso del tiempo en una potencia con el nivel para plantearle cara a Estados Unidos, un hecho que no ocurría desde el fin de la guerra fría.

La relación que hay entre estas dos potencias de nuevo es tensa,  muy similar a lo que ocurrió en la polarización del mundo de los años 60´s a los 80´s. Si bien hoy en día las relaciones internacionales ayudan a evitar la posibilidad de un enfrentamiento directo, los escenarios de este enfrentamiento se ven reflejados en países sub desarrollados. Los casos alusivos, son los de Venezuela y Ucrania, en los cuales, el gobierno a falta de realizar una buena gobernabilidad, tiene una rebelión social, liderada principalmente por el sector joven de sus sociedades, bajo la demanda de mejores condiciones de vida.

Si bien la sociedad de esos países hace un esfuerzo por mejorar las condiciones en las que vive, los movimientos empiezan a ser calificados como movimientos dirigidos por Estados Unidos, en el caso de Venezuela, y por la EU, en el caso de Ucrania. Dicho escenario, provoca reacciones negativas por partes de los países que no comparten la misma ideología, como Cuba y Rusia.

Como  señalé en el párrafo anterior, actualmente los movimientos son vistos  con fines políticos, y son marcados de la siguiente manera: si bien su origen era el buscar mejorar sus vidas y exigir mejores circunstancias, ahora son impulsados con la finalidad de ocasionar el derrumbe de la ideología política del país, que en ambos casos es un nacionalismo con tintes socialistas, y cambiarlo por un capitalismo, modelo económico que se vive en los países de sus alrededores.

El fin justifica los medios, decía el gran pensador Maquiavelo, sin embargo ocasionar una guerra civil con la finalidad de derrumbar un régimen que en su momento fue electo democráticamente, es incorrecto, dado que la elección del gobierno por vía de la votación de la población hace reflejar que su decisión por ellos y sus ideologías eran lo que a su parecer, les convenía, y que si bien la minoría no debe ser opacada, ni ignorada, ni mucho menos eliminada,  el querer hacer valer su voz como única es en efecto criticable y en democracia inaceptable.

Los movimientos ciudadanos violentos no son legítimos en una democracia, sin embargo, cuando el gobierno realiza actos que vayan en contra de la sociedad y sus ciudadanos, es el derecho de éstos el de mejorar y hacer cumplir las funciones del Estado.

Dicho esto hago alusión a la idea de que ningún gobierno, ni ruso, ni cubano, ni estadunidense debe entrometerse en asuntos de otras naciones.

Con esto no quiero decir que estoy a favor de la represión y que no se proteja a los ciudadanos  en Venezuela y en Ucrania, sin embargo, reflejo mi deseo de que sea por vías electorales, y no violentas donde se refleje el descontento de los ciudadanos.  La resolución pacífica es el deseo, tanto de los ciudadanos que viven los conflictos, como los de los demás países, por lo que es evidente que realizar una guerra, ya fuese interna o externa no es la solución.


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