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miércoles, 25 de noviembre de 2020

El día que murió el futbol en persona

 

Por: Aldo Clark

@aldocorp

Este 25 de noviembre el mundo se conmocionó con la partida de una leyenda del futbol, el argentino Diego Armando Maradona, considerado por muchos como el mejor jugador de la historia, pues hizo méritos para ganarse ese título y también su mote: D10S.

De entre sus pocos apodos, el de D10S le quedó como anillo al dedo, pues como deidad del balompié, demostró que el futbol estaba hecho a su imagen y semejanza, tanto en forma positiva como negativa; en lo primero, con la magia, espontaneidad, el espectáculo y al siempre marcar tendencia; en lo segundo, al ser corruptible, iracundo y adicto (a sustancias, fiestas y otros males propios, no solo del futbolista y su afición, sino de la humanidad).

Mucho de lo positivo lo hizo dentro de la cancha, pero hasta fuera de ella deslumbró, al pelear por los derechos de los futbolistas y participar en campañas con causa; mientras que la mayor parte de lo negativo lo hizo fuera del terreno de juego, con sus arrebatos que se hicieron cada vez más públicos, al grado de quedar expuesto ante todo el mundo.

En carne y hueso, Maradona dio muestras de auténticos milagros de la cancha; después de la muerte, su nombre seguirá sonando por generaciones, con huellas impresas y digitales de sus hazañas. Además es omnipresente, hablan y hablarán de él en Nápoles, Barcelona, Buenos Aires, la Ciudad de México y más lugares.

Al respecto, no solo las estadísticas demuestran su estatus de leyenda, pues contó con varias generaciones de testigos oculares de su potencial. Muchos lo vieron jugar en su apogeo y otros lo miraron aunque sea en partidos de beneficencia, donde, pese a su escasa movilidad, era capaz de hacer jugadas increíbles.

Maradona experimentó todas las emociones del ser humano; al igual que Siddharta, probó los placeres más mundanos, pero también la satisfacción personal y la consagración espiritual, la cual alcanzó en un país donde el juego de la pelota es venerado desde la antigüedad. Diego alzó la Copa del Mundo a escasos kilómetros de Teotihuacán, donde los hombres se hacen dioses.


Foto: FIFA

lunes, 22 de junio de 2015

Más de lo mismo

Por: George Rico 

@george_rico35 

Ocurrió lo lógico, lo más fácil de prever si se posee la más endeble objetividad y se deja de lado cualquier tipo de fanatismo: México hizo el ridículo en Copa América, por segunda ocasión consecutiva.

La Selección no pudo pasar de la fase de grupos, instancia donde calificaron ocho de 12 equipos; en otras palabras, hay que ser muy malo para no calificar, y el Tri lo fue. Solamente Jamaica tuvo peor torneo que el combinado nacional; incluso Bolivia, selección que todos ponían como víctima en el grupo A, hizo más puntos que México.

Dentro del contexto de una Copa América bastante pobre -en cuanto al nivel futbolístico, porque la logística e infraestructura siempre quedan a deber en Sudamérica-, donde hay figuras suspendidas, otras lesionadas y unas más con bajo nivel, la Selección Mexicana perdió la poca credibilidad que se había ganado con sus previas participaciones (exceptuando la más reciente, donde fue último lugar). 

Como siempre, los escándalos extracancha jugaron un papel importante y le restaron importancia a la crítica netamente deportiva. Aunado al miedo terrible de la idiosincrasia mexicana para no admitir un error al 100% “Fracasamos… pero lo intentamos”. Es risible que el técnico nacional trate de aceptar su culpa, pero al mismo tiempo protegerse con el escudo de “lo intentamos” y “la culpa la tienen los mal vibrosos” (obvio no dijo eso último, pero lo ha dado a entender).

Jugadores en bajo nivel debido a su poca o nula actividad en clubes, lesiones, bajas de juego e inexplicables llamados se conjuntaron para concretar una triste actuación, donde se obtuvo un buen empate frente al país anfitrión (el partido más difícil), se perdió frente a un equipo que no contaba con su mejor cuadro (Ecuador) y se empató con la Cenicienta del grupo (Bolivia). En resumen: lo mismo de siempre. 

Ahora no habrá argumentos sólidos para justificar un fracaso en la Copa Oro -entiéndase no ser campeón-. Equipo “titular” y rivales endebles presagian un fácil campeonato para la escuadra mexicana. De no ser campeón, la FMF deberá replantearse la “Piojomanía” que ellos mismos iniciaron; un fracaso en la molera Copa Oro es inadmisible para Herrera y para cualquier DT.

En lo que resta de la Copa América, salvo el Perú-Bolivia, los cuartos de final lucen (en apariencia) atractivos, aunque por lo mostrado, no se puede aventurar a predecir buen futbol. Pues ni Brasil ni Argentina juegan como las potencias que la historia les permite presumir; Colombia ha quedado muchísimo a deber, Uruguay no es el mismo equipo de hace cuatro años y Chile pinta como el gran favorito.

Pronósticos del Credo del Futbol: Brasil, Argentina, Chile y Perú. Campeón: Chile.

[Imagen vía ESPN]

martes, 9 de junio de 2015

Actuar localmente, ¿pensar globalmente?

Por: George Rico

@george_rico35

El eslogan “Pensar globalmente, actuar localmente” (el título de la columna no es más que una paráfrasis), nació en la década de los setenta, cuando el naciente marketing deportivo veía la luz y reconocía como sus papás a los directivos de la NBA. Su objetivo está intrínseco en su contenido: buscar trascender de forma internacional realizando acciones en el ámbito local.

Hasta aquí sin problemas ¿no?, el problema nace cuando sólo se actúa localmente sin buscar extenderse más allá de los límites geográficos que han sido otorgados por default; tal es el caso de la Selección Mexicana. Una potencia dentro de Concacaf (donde se juega un futbol de tercer mundo, ad hoc con los países que la integran), pero un equipo “tres estrellas” en el resto del mundo, que se vanagloria de “darle pelea” a los seleccionados top y se lamenta cuando tropieza con escuadras de igual o menor nivel que el suyo.

Este verano, el equipo dirigido por el “vendido” Miguel Piojo Herrera (cuyo proselitismo es tema de un debate aparte), enfrentará dos torneos: Copa América y Copa Oro. La enmienda es clara: ganar el torneo local (Copa Oro) y mejorar el papel dado por el combinado nacional en la pasada Copa América (donde quedó en último lugar); sencillo, aunque analizando las listas y los recientes partidos amistosos, el panorama se presenta un tanto escabroso.

Es un hecho que ganará la Copa Oro, desde ya me animo a pronosticarlo; y es que de no ser así, deben renunciar todos los que componen la Selección y se debe prohibir el futbol en el país. Pero el probable –muy probable agregaría– mal desempeño que tendrá en la Copa América es lo preocupante; un torneo al que se acude por invitación (que todos sabemos es por la derrama económica que permite la participación del conjunto nacional y no por otra cosa) y cuyo nivel es claramente muy superior al ofrecido por el torneo de la Concacaf, debería ser la prioridad si es que de verdad se quiere trascender en el plano internacional.

He ahí el problema: “si es que de verdad se quiere trascender”; obviamente no es así. Muchos me refutarán que la Copa Oro da acceso a la Copa Confederaciones y es el torneo que “le toca” jugar a México; a lo que yo respondo: hay que trascender, hay que buscar siempre más, tener hambre de triunfo, tener la obligación de mejorar constantemente, tener el deseo de superarse. Y eso solo puede ser posible compitiendo frente a los mejores, México JAMÁS será una potencia futbolística enfrentándose a Honduras, Jamaica, Costa Rica y Panamá.

Más allá de la siguiente Copa América, la Selección Mexicana debe pedir competir en Conmebol para las eliminatorias mundialistas; es un escenario por demás posible: Australia se anexó a las eliminatorias asiáticas y Turquía hizo lo propio para eliminarse con los europeos. Dejar la zona de confort, eso es lo que debe hacer nuestro futbol, aventurarse a competir con rivales más fuertes y superarse, superarse continuamente, cosa que no puede hacer en su pequeño pedazo de tierra: “Pensar globalmente, actuar localmente”.

Sin embargo, no me engaño ni los engaño a ustedes, mientras el futbol nacional, el país mismo, siga siendo gobernado por connacionales pequeños –muy pequeños– de raciocinio, jamás trascenderemos; el mexicano es débil por naturaleza, sumiso por genética y mediocre por raza. Si el hombre no busca trascender en la vida y superarse, entonces su existencia no tiene ningún sentido, sólo el de perecer y repetir la historia una y mil veces más.


[Imagen vía i.sdpnoticias.com]

martes, 2 de junio de 2015

Razones por las que Cruz Azul no ha sido (ni será) campeón

Por: George Rico
@george_rico35


"Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados". Atendiendo a ésta máxima de Albert Einstein, los directivos de Cruz Azul están locos.

Después de no haber clasificado a las dos últimas liguillas de la Liga Bancomer MX, sumado al ridículo papel desempeñado por el equipo en el Mundial de Clubes en diciembre pasado y la vergonzosa eliminación de la Concachampions 2014-15; Cruz Azul anunció el cese del técnico Luis Fernando Tena al término del Clausura 2015.

Inmediatamente después del anuncio empezaron a relacionarse los nombres de Gustavo Matosas, Ricardo La Volpe, Tomás Boy y Claudio Borghi con el banquillo Celeste; sin embargo, con menos reflectores y en un escenario más apegado a la realidad, también se barajaron las opciones de Rubén Omar Romano y Sergio Bueno (ambos representados por Carlos Hurtado), siendo éste último el elegido para ocupar el puesto.

Sergio Bueno llegó a la dirección técnica de uno de los cuatro equipos más populares del país con el “asombroso” currículum de: 12 equipos dirigidos, 0 títulos, 0 finales. Contando como “máximo logro” el haber calificado a Jaguares de Chiapas a los cuartos de final del Apertura 2014; los hechos hablan por sí solos: es un técnico mediocre acostumbrado a dirigir equipos chicos.

La decisión de la directiva Celeste no es de extrañar, pues llevan 17 años haciendo lo mismo. El desapruebo de la afición cementera se generalizó de inmediato en redes sociales, pidiendo la salida del aún ni siquiera presentado técnico, popularizando el hashtag #FueraSergioBueno

Una de las voces más autorizadas para hablar sobre el equipo de La Noria, Carlos Hermosillo (cuyo gol de penal en 1997 dio al equipo el último título de liga que ostenta), no dudó en expresar su malestar tras la noticia. “Lo único que puedo decir es que me da una impotencia muy grande. Me dieron ganas de llorar al ver que siguen haciendo pedazos a Cruz Azul”, expresó el ex delantero, quien nunca ha ocultado su fanatismo por la Máquina.

“No voy a dejar de irle a Cruz Azul, pero me retiro de todo tipo de comentarios, de ir al estadio, de verlos por televisión, porque mi amor por el equipo es grande”, dijo Hermosillo, cosas que deberían hacer todos los aficionados, pues ya resultan risibles las decisiones que se toman.

Existen hasta siete razones por las que Cruz Azul no ha sido campeón de liga en 17 años, ni lo será mientras sigan cometiendo los mismos errores:

1. Comodidad
Es bien conocido que el trato que tiene la institución para con sus activos, llámese jugadores y cuerpo técnico, es de los mejores que existen en México (ojo, no sólo en el ámbito futbolístico, pues la Cooperativa Cruz Azul es famosa por el trato ejemplar hacia sus empleados); motivo que lejos de lo que a priori pudiese pensarse, parece afecta el rendimiento del equipo. Los jugadores que llegan al plantel sienten que ya han cumplido y no hacen suyo el deseo que tiene la afición por conseguir el título de liga.

2. Falta de personalidad y carácter
Característica aparentemente intrínseca al equipo de Primera División, al menos en la dirección técnica, pues desde la salida del uruguayo Sergio Markarián en 2008, los entrenadores que ha tenido el conjunto Celeste comparten el mismo estilo: bajos reflectores, personalidad sumisa, nada polémicos, incapaces de hacer valer su opinión, inexpresivos, con poco o nulo carácter.

3. Falta de renovación
Un equipo profesional se nutre de la competitividad, no puedes esperar que un jugador rinda al máximo nivel durante más de tres años sin tener competencia interna, aspecto que se maximiza al tener dos torneos por año. El plantel necesita una renovación constante, es decir, en cada torneo; aunque dicha renovación no debe ser meramente cuantitativa, sino cualitativa: contratar dos jugadores de buena calidad cada seis meses no es imposible para un equipo grande.

4. Conformismo
Es común escuchar a directivos y jugadores del equipo haciendo alarde de las finales perdidas, aludiendo que tiene su mérito llegar pese no haber ganado. Un equipo popular y ganador no debe tener esa mentalidad; conformarse con haber llegado a la última instancia es una cualidad innata del pueblo mexicano.

5. Carlos Hurtado
El representante responsable del 99% de los fichajes del equipo, es quien realmente dirige al plantel, condicionando a los técnicos sumisos a jugar con los futbolistas que él quiera llevar al equipo. Su táctica de un jugador bueno a cambio de cinco malos parece tener encantada a la directiva.

6. Barrera mental
Por más que se empeñen en negarlo, está inherentemente impregnada la sensación de incapacidad para ganar una final en la mente de los jugadores, extrapolada en aquellos elementos que han estado en derrotas previas. Al ser mayoría éste sentir, se transmite al resto de elementos, por la sencilla razón de la psicosis colectiva: los pensamientos negativos se contagian más rápido en las masas.

7. Alejandro Castro
Su desvío que terminó en autogol en el último minuto y su posterior falla en la tanda de penales, ayudaron (y mucho) en la derrota del equipo ante América en el Clausura 2013.

Los puntos a corregir están claros, pero como lo expuso Einstein: "Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas".

lunes, 25 de mayo de 2015

Cambios de forma pero no de fondo

George Rico

@george_rico35

Un aspecto inherente de los países tercermundistas y una cualidad por antonomasia de la idiosincrasia mexicana es la falta de paciencia. El pueblo mexicano –al menos la mayoría– parece tener una incapacidad para esperar, para aguardar pacientemente el resultado de “algo”.

El estereotipo de un mexicano marca que es un ser visceral, una persona que se deja guiar más por sentimientos que por raciocinio, le da preferencia a lo que dicta su estómago sobre lo que sugiere el cerebro. Esta “particularidad” se observa en todos los ámbitos, incluido el tema de la presente columna: el futbol.

La semana pasada (18-24 de mayo) se anunció el cese de cuatro directores técnicos, que se sumaron a dos previos, es decir, la tercera parte de los 18 equipos de la Liga MX tendrán nuevo estratega para el próximo torneo.

El futbol es de resultados, no hay duda sobre ello, pero esos resultados dependen de la materia prima con la que se disponga y una serie de factores que influyen directa o indirectamente en el funcionar del plantel, sumado claro está, a la capacidad del propio estratega. Estos puntos, guiándose con los objetivos que se hayan planteado previamente, deberán componer el análisis pos-torneo para determinar si un técnico continúa o no al frente de un equipo, sea cual fuere.

Monarcas, Tijuana, Puebla, Atlas, América y Cruz Azul decidieron cortar a sus respectivos DT’s; cada uno de ellos por razones particulares, obviamente, aunque con una coincidencia: no cumplir con lo establecido. Pero, ¿qué es exactamente lo que demandaba cada uno de estos equipos?

El caso de Monarcas era algo sabido desde la primera parte de la temporada, el cese de Alfredo Tena y el interinato de Roberto Hernández presagiaban que el equipo contrataría un nuevo DT al final del torneo. Enrique Meza fue el elegido de la directiva para tomar el cargo, recurriendo a su experiencia para pelear por no descender el próximo año futbolístico.

Puebla echó al Profe Cruz pese a haberse salvado del descenso en la última fecha; no es de extrañarse, los Camoteros se salvaron gracias a Leones Negros, además de que es un equipo acostumbrado a realizar numerosos cambios de un torneo a otro, situación que lo tiene metido en los problemas que se encuentra.

Las situaciones de Atlas y Tijuana son un tanto parecidas, pareciera que ambas instituciones estaban en armonía con sus respectivos técnicos, pero de repente se terminó el amor. El haber sido eliminado en la fase de grupos de la Copa Libertadores y ante Chivas en la liguilla fueron motivos suficientes para que Tomás Boy saliera de los Zorros; mientras que los Xolos rozaron un futbol espectacular bajo el mando de Daniel Guzmán, pero el equipo se cayó dramática e inexplicablemente en la segunda parte del torneo.

El hecho de haber sido goleado en la última fecha ante un equipo eliminado y a sabiendas de que con un triunfo calificaban a la liguilla, fue el pecado que le costó la cabeza al Travieso Guzmán, sin embargo creo que debieron haberle dado más tiempo.

Cruz Azul cesó a Luis Fernando Tena tras dos temporadas sin calificar a la liguilla; totalmente comprensible su salida, aunque la directiva parece no ver que el verdadero problema está en la plantilla. El equipo necesita un cambio, rejuvenecer a sus jugadores y comprender que ésta generación ya no los puede hacer campeones, tuvo su oportunidad pero el ciclo de los actuales futbolistas llegó a su fin.

El caso de América no deja de parecer extraño, la directiva hizo un gran esfuerzo para traer a Gustavo Matosas, sin embargo lo despidió con tal facilidad que se presta a mil especulaciones; de los seis cambios es el que menos lógica tiene.


Cambios, cambios y más cambios, que ya no son de extrañarse pero sí ponen a reflexionar; pareciera 
que los directivos tienen la misma reacción química que experimentan los adolescentes durante sus noviazgos: el hecho de terminar e iniciar relaciones los llena de un éxtasis momentáneo que cada vez dura menos.

lunes, 18 de mayo de 2015

América y Europa: Barbarie y Elegancia reflejadas por el futbol

George Rico

@george_rico35

América y Europa, dos continentes separados por el Océano Atlántico y miles de kilómetros, geográficamente hablando; y separado por años de civilización, niveles de cultura, tecnología y desarrollo humano en el ámbito social. Es en este último rubro aparece el futbol.

Reflejo inherente de la calidad, cuantitativa y cualitativa, que exhiben las sociedades americanas y europeas, el futbol ha vuelto a demostrar la diferencia que existe entre el Viejo y el Nuevo Mundo.

Un total de 11 mil 910 kilómetros separan a Buenos Aires de Berlín, dos ciudades que fueron epicentro de los noticiarios deportivos durante la semana, una directamente y la otra de forma indirecta. En la capital argentina se vivió un nuevo episodio de violencia, salvajismo, “pasión desmedida” y estupidez humana; mientras, Berlín conoció a los dos equipos que disputarán la final de la Champions League.

So pretexto de una rivalidad deportiva –que en realidad no tiene nada de “deportiva”– hinchas de Boca Juniors agredieron con gas pimienta a los jugadores de River Plate en la cancha de La Bombonera, estadio xeneize, durante el partido de vuelta de los octavos de final de ese torneo de barrio denominado Copa Libertadores.

No es la primera vez, ni la última, que la estupidez humana, protagonizada en esta ocasión por hinchas de futbol, sale a flote con el mínimo pretexto y aflora toda la agresividad y violencia que el ser humano guarda en su interior. Argentina ha significado un territorio fértil para este tipo de barbaries, donde la interacción entre hinchadas de clubes rivales está prohibida.

Este incidente propició la justa eliminación del cuadro boquense del torneo continental y el pase de River a cuartos de final (el encuentro se encontraba 0-0 y el marcador global 1-0 a favor de los Millonarios), además de una ridícula multa de 200 mil dólares a Boca y la imposibilidad de vender boletos a los aficionados xeneizes para los próximos cuatro partidos que el equipo juegue como visitante en competencias de Conmebol.

Tras los sucesos, que consistieron en el arrojo de una bomba de gas pimienta en el túnel inflable por el que jugadores de River iban pasando para regresar a la cancha tras el descanso, hinchas de Boca exhibieron mensajes de disculpa para con la afición de River, sin embargo, jugadores de los Millonarios postearon una foto en Twitter donde hacían burla por la eliminación de su rival, acompañada por el mensaje “2 veces en 6 meses” (pues con ésta, han sido dos veces las que han eliminado a Boca de torneos internacionales en el último medio año).

Hecho que refleja que la estupidez no es algo propio de la afición; los jugadores parecen no haber comprendido la situación y continúan alimentando el círculo vicioso de burlas-violencia que caracteriza al futbol latinoamericano. 

Del otro lado del mundo, se definió la final de Champions League para la temporada 2014-15. Barcelona hizo ver al Bayern Múnich como un equipo llanero y lo terminó goleando, mientras que la Juventus hizo gala del orden que la ha caracterizado y logró, con Massimiliano Allegri, lo que no pudo hacer con Antonio Conte: trascender en Europa.

Dos estilos distintos, pero con el mismo objetivo, se enfrentarán el 6 de junio en Berlín. Ambos equipos ya se han coronado en sus respectivas ligas, la Juve logrando el tetracampeonato y el Barsa recuperando la corona.

Barcelona luce como el gran favorito para levantar su quinta Orejona, pero la Vecchia Signora cuenta con un sistema para hacerle frente, no fue casualidad que eliminara al Real Madrid en semifinales, su estilo puede no ser espectacular pero es efectivo. Basará en Buffon, Pirlo, Tévez y el gran momento de Morata sus oportunidades de obtener su segunda Champions.


Dos realidades opuestas las que se viven en América y Europa, mientras aquí seguimos preguntándonos los porqués, en el Viejo Mundo se preguntan los cómos; mientras en América pensamos, en Europa se actúa; mientras en América se sobrevive, en Europa se vive… mientras en América tenemos la Copa Libertadores y la Liga MX, en Europa tienen la Champions League y la Premier League.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Campeón miserable en liga miserable

Por: Aldo Clark
@aldocorp


Sin duda alguna, la reciente final de la Liga MX protagonizada por el América y los Tigres, disipó todas las dudas que aún existían en el torneo local sobre quién  lo dirige (al futbol nacional y a la selección), lo poco profesional que es  el arbitraje mexicano y cuál es el nivel de un campeonato que ni con Ronaldinho pudo ser más espectacular.

Lo aclararemos explicando cada aspecto, en orden inverso al que fueron enunciadas en el párrafo anterior. Veamos entonces el nivel de nuestra Liga, que sigue deplorable porque el sistema de torneos cortos ha caducado en nuestro país, ya no funciona para el bien futbolístico, sólo para el beneficio empresarial. 

Daremos dos ejemplos: primero, bastan tres o cuatro juegos buenos de un equipo en el torneo para que acceda a la liguilla, sin importar si el resto de la temporada fue un fiasco, lo que fomenta la mediocridad deportiva en los equipos del país; para muestra de ello, y como segundo ejemplo, el Cruz Azul tiró a un lado la liga por ir a competir al Mundial de Clubes, torneo donde no mostró más que cobardía ante el Real Madrid (una repetición del Holanda vs México del Mundial de Brasil) y una pésima seriedad ante el Western Sydney Wanderers, donde el clima de por sí mermó la calidad del juego.

Mientras tanto, el arbitraje nacional parece ejecutado por niños de una patria donde se desconoce el balompié, ya que desde el 2012, se han incrementado las molestias públicas de jugadores y entrenadores por arbitrajes tendenciosos o mal obrados; sin embargo, no ha existido una solución, salvo la de remover funcionarios que sólo se encargan de seguir haciendo lo que su antecesor no supo o pudo realizar; además, pareciese una burla que ahora la prensa (salvo excepciones) defienda el trabajo de Paul Delgadillo en la final, ante su compulsión por sacar tarjetas rojas a todo aquel que estuviera vestido de azul.

Por último, vamos con el tema central y que une a los dos anteriores: el América, pero en especial la corporación a la que pertenece (Televisa), es dueño inapelable del futbol nacional: decide qué balón se utilizará en los partidos, quiénes (prensa) pueden cubrir los juegos, quién dirige a la selección, quién será campeón y cuál será el sistema de competencia. Eso, tan solo en el deporte más popular del país, no se diga en la política y en la economía.

Sabemos por qué ahora América es el equipo más ganador de la historia del balompié mexicano, y no demeritamos su labor durante este torneo, fue el menos peor de los dieciocho clubes del máximo circuito; no obstante, la final fue una asquerosa réplica de lo que el otro producto de Televisa (Enrique Peña Nieto) hace en el gobierno de nuestro país: un mandatario que carece de sensibilidad ante su pueblo; lo peor de todo, es que todos sabíamos el resultado del encuentro en cuanto supimos quiénes llegaron a la final, de la misma forma en que ya sabíamos quién ganaría la contienda electoral de 2012.

México es un territorio anárquico disfrazado de país en desarrollo: todo el mundo hace lo que quiere, por eso tenemos un campeón miserable, en una liga que no ofrece resistencia a la oligarquía de Televisa.




Nota: Aunque Tigres hubiese sido campeón, el título de esta columna no se modificaría; sin embargo, el antiamericanismo de varios miembros de El Credo del futbol hace que esta publicación haya tenido más inspiración

miércoles, 16 de julio de 2014

Lo que dejó la Copa

Por: Aldo Clark

@aldocorp

Por fin terminó ese mes de enajenación de masas, de emociones encontradas, de grandes sorpresas y evidentes conclusiones.

Tal y como lo había dicho antes de que comenzara el certamen de la FIFA, ésta iba a ser y así fue: una Copa sin precedentes.

Fue el primer Mundial en el que tres equipos de CONCACAF llegaron a la siguiente ronda, y de la misma manera, la primera Copa en la que el caballo negro perteneció a esta confederación.

Es el primer campeonato que gana un equipo europeo en suelo americano, el primero en que tantos campeones mundiales quedaron fuera tras la fase de grupos, y donde el joga bonito desapareció, además de ser el anfitrión más veces goleado.

Además, entre lo más destacado, está la participación de los países del continente sede, ya que ocuparon diez de las 32 plazas del certamen; es decir, representaron casi el 30% de los participantes.

Por si fuera poco, estos equipos salieron a la defensa del continente; pues ocuparon el  50% de las plazas, de Octavos de final en adelante; es decir, fueron ocho selecciones en la ronda de Octavos, cuatro en Cuartos, dos en semifinales y uno en la final.

Sin embargo, cuando se trató de sentenciar resultados, como sucede cada cuatro años, los de siempre se encargaron de matar las sorpresas, o dar unas más grandes  (como la de los teutones sobre los anfitriones).

Ahora es tiempo de volver a la realidad, al mundo de las elevaciones de impuestos; de las guerras interraciales o por razones de la fe o el dinero; al mundo de las reformas injustas  y los salarios miserables; al de las pocas oportunidades de trabajo, la discriminación y el bullying; a un mundo que seguramente no querrán dejar con estas malas características.


Para cerrar esta breve columna, a nombre del equipo de El credo del futbol y de En Reproducción, agradezco la confianza de ustedes, para seguirnos durante nuestras narraciones y publicaciones realizadas en este mes pambolero.

miércoles, 2 de julio de 2014

Brasil 2014: Lo lógico de lo ilógico

Por: George Rico

@george_rico35

Las inverosimilitudes fueron la pauta durante la primera fase de Brasil 2014, donde la lógica brilló por su ausencia –al menos en un porcentaje mayor de encuentros–. Sin embargo, una vez terminada la segunda fase, la primera de eliminación directa (o “mata-mata”, como se conoce en Brasil), la lógica comienza a tomar el control del campeonato.

Se podría hablar de una lógica que impera incluso dentro de lo ilógico, y me explico con el siguiente ejemplo: en el encuentro entre Costa Rica y Grecia, lo lógico era que avanzara la selección tica, ya que venía de eliminar a dos campeones del mundo, pero lo ilógico era la presencia de estas dos selecciones en octavos de final; en este ilógico escenario triunfó el equipo que lógicamente tenía más oportunidades.

Pero dejemos de revolvernos, en los ocho encuentros teníamos a un lógico ganador: Brasil por ser local e históricamente ser superior a los chilenos; Colombia por traer una inercia ganadora y enfrentar a un Uruguay sin su mejor hombre y con los ánimos bajos; Holanda por ser históricamente mejor que México en mundiales y tener mejores jugadores; Costa Rica por lo explicado en el párrafo anterior; Francia por ser campeona del mundo y tener más experiencia y calidad que su rival Nigeria; Alemania por ser tres veces campeón y tener como rival a una selección debutante en esta ronda; Argentina por contar con uno de los mejores jugadores del planeta y dos campeonatos del mundo en sus espaldas; y Bélgica por tener una mejor plantilla que la de EE UU.

De esta manera la lógica se comienza a imponer en la justa mundialista; pero lo ilógico fue la forma en que la mayoría eliminó a su rival: dos tandas de penales (Brasil y Costa Rica), tres victorias en tiempos extra (Alemania, Argentina y Bélgica) y una voltereta de último minuto (Holanda). Sólo Colombia y Francia avanzaron con algo de lógica.

Muchos dicen y dirán que “las distancias se han acortado”, “ya no hay equipos grandes”, “cualquiera puede ganar”, y un sinfín de molestos lugares comunes. Nada más alejado de la realidad; yo veo en cuartos de final a cuatro campeones del mundo (Brasil, Alemania, Argentina y Francia), una selección que ha perdido tres finales (Holanda), otra que ha llegado a semifinales (Bélgica), una que se esperaba que llegaría lejos en el torneo (Colombia), y el común “caballo negro” o la sorpresa/revelación que tienen la mayoría de competiciones importantes (Costa Rica).

Por lo que sus lugares comunes se materializan en una sola escuadra: la tica. A menos que Costa Rica sea campeón –suceso que significaría que el fin del mundo es inminente–, tales “argumentos” quedarán desacreditados. Los mundiales se ganan con algo más que buen juego –pregúntenle a la selección mexicana–, se ganan con estirpe. Muchos dicen que “la historia no juega”, a lo que yo les respondo que aquel que niegue su pasado está condenado a repetirlo. A fin de cuentas, el pasado es lo único que existe.

En este contexto de octavos de final, la falacia mexicana comandada por “El Piojo” y compañía fue desenmascarada y mostrada a un “pueblo” que vive de utopías, de ilusiones y esperanzas mal cimentadas.
Al respecto de esto, siempre he creído que el deporte de un país es el fiel reflejo de su sociedad; así como dicen que los ojos son la ventana del alma, digo que el deporte es la ventana de la sociedad de un país. Y la selección mexicana es una calca de la sociedad mexicana: destinada a olvidar su historia y, por ende, a repetirla.

Pero regresemos a lo que nos atañe: el futbol. Dentro de la cancha nos quedó claro que sólo hay una forma para que Brasil sea campeón del mundo, y no depende precisamente de su habilidad o destreza con el balón, sino más bien a un milagro deportivo o, en su defecto, arbitral; nos quedó claro –al menos a un servidor– que el próximo campeón del mundo saldrá del choque entre Francia y Alemania; nos quedó claro que Argentina no trae nada y que posiblemente sucumbirá ante Holanda en semis (siempre y cuando la lógica dentro de lo ilógico siga imperando); nos quedó claro que los 11 jugadores ticos pasarán a la historia por los siglos de los siglos; y también nos quedó claro que Holanda está destinada a ser el mejor subcampeón de la historia y que Bélgica tiene oportunidad de igualar su mejor papel en mundiales.

Sea como fuere, ya tenemos a los ocho equipos que se enfrentarán en cuartos de final por el trono que dejó vacante España. Y mis pronósticos son: la lógica de lo ilógico seguirá triunfando, por lo que pongo como semifinalistas a Brasil, Alemania, Holanda y Argentina.


miércoles, 11 de junio de 2014

Una Copa sin precedentes

Por: Aldo Clark

@aldocorp


Brasil 2014 inicia mañana 12 de junio, cuatro años después del celebrado en Sudáfrica, tal como lo marca la periodicidad de la justa. Este Mundial es un torneo sin precedentes: es el primer campeonato en que hay protestas por llevarlo a cabo; el primero que se lleva a cabo en América en el nuevo siglo; el primero en el que el descanso entre otras competencias y ésta, radica únicamente en 15 días; por lo tanto, también es el primero en que han quedado fuera, más de 30 jugadores por lesión u agotamiento físico, y el primero en el que se han dejado ver, antes de que comience el evento, toda la clandestinidad y corrupción que enmarcan al futbol moderno.

El futbol del nuevo siglo se ha caracterizado por el increíble impacto mediático que tiene sobre el planeta; por las estratosféricas transacciones económicas que hay dentro; por la globalización que ha alcanzado; por la multiplicación de los crímenes que lo rodean, y por el establecimiento de la explotación pública y cínica del hombre por el hombre, dentro de una actividad que alguna vez fue recreativa.

Esa explotación ha permitido ver cómo los dueños del futbol están más preocupados por ganar dinero que por su mano de obra, pues los jugadores y protagonistas de este deporte, están liquidados antes de que se lleve a cabo el torneo más importante del balompié mundial: se lesionan antes del campeonato por el exceso de trabajo, y/o si algún jugador está en duda por tal situación, aceleran su prodecimiento de recuperación con tal de que esté listo para pisar la cancha, a pesar de que esta inadecuada medida perjudique la salud de las estrellas del pambol.

La triste realidad es así: en México, diversas protestas y campañas querían impedir en 2012, que el candidato del Partido Revolucionario Institucional, tomara las riendas del país, pero esos actos no importaban, él tenía que llegar, porque tenía que llegar; más tarde, las iniciativas del ya presidente, provocaron la furia y nuevas demandas de la sociedad, mismas que no importaron, se tenían que aprobar, porque se tenían que aprobar.

La situación de Brasil es similar, cientos de protestas surgieron en la región lusófona desde hace un año, mientras se celebraba la Copa Confederaciones, pero esas quejas fueron ignoradas, pues se consumó el torneo sin pérdidas monetarias; este 2014 es mucho peor, ya que el gobierno apenas cedió a las quejas de los trabajadores del transporte público y ha desalojado de las inmediaciones de los estadios, a la gente de escasos recursos que vive por ahí, con tal de hacer que se vea una buena imagen del país carioca; sin embargo,al final, sin importar nada de lo anterior, el campeonato se llevará a cabo, porque se tiene que realizar.

Así lo quiere el mundo, o al menos parte de él. Y si usted no va a hacer un mitin afuera del senado de la república los días en que juega la selección, mientras los funcionarios deciden el futuro de los recursos energéticos del país; si a usted sólo le importa ver o escuchar el futbol, entonces sintonice Polux Radio, en donde nuestro equipo de colaboradores, narrará algunos encuentros de Brasil 2014, con su original estilo.

Mañana inicia el Mundial, el viernes juega México y ambos días, nosotros estaremos ahí:



martes, 3 de junio de 2014

Papá, ¿por qué somos del Atleti?

Por: George Rico

@george_rico35

Imaginemos la siguiente escena: vamos en nuestro auto con nuestro pequeño hijo de cinco años en el asiento trasero, vamos pensando en cualquier cosa cuando de pronto, el muchacho nos voltea a ver e inocentemente pregunta “papá, ¿por qué somos del Atleti?”, haciendo referencia al equipo de futbol del que somos aficionados desde que tenemos memoria y cuyo cariño y amor le hemos inculcado a nuestro hijo. ¿Qué responder? ¿Acaso sabemos siquiera nosotros la respuesta? ¿Alguna vez nos lo hemos preguntado nosotros mismos? ¿Alguna vez lo hemos pensado por lo menos?

La escena anterior se trata del famoso spot para televisión realizado por la agencia Sra. Rushmore, sacado al aire como campaña de publicidad del Atlético de Madrid para la temporada 2001-02, que era el segundo año del club en la Segunda División española, el peor momento en la historia del equipo.

Enseguida, la mayoría de los aficionados al club, por no decir todos, se sintieron identificados con la escena, más por la perplejidad reflejada por el padre al quedarse sin palabras ante el cuestionamiento del pequeño. Acto seguido  aparecía la leyenda “No es fácil de explicar”, lo que redondeaba el sentimiento.

Miguel García Vizcaíno, director creativo de Sra. Rushmore y responsable del spot, se identifica como un fiel seguidor del cuadro Colchonero, razón quizá, por la cual logró plasmar el sentir de miles y miles de hinchas al respecto de su pasión hacia el equipo de sus amores. “Nosotros se lo preguntamos a nuestros padres, y ellos a nuestros abuelos”, declaraba el creativo en un reportaje realizado por la cadena Canal+. Se trata de una pregunta para reflexionar más que para responder.

El spot resume la historia de un club que siempre ha estado ligado a las palabras “sufrimiento” e “ilusión”. Impulsado por un grupo de estudiantes vascos que decidieron unirse para fundar un nuevo club que compitiera con el más noble e impecable talento deportivo, nació el Athletic Club de Madrid, el  26 de abril de 1903.

Se trata de un equipo que ha crecido a la sombra del Real Madrid, su vecino y más grande y odiado rival. Un equipo que se ha caracterizado por tener breves etapas gloriosas y larguísimas rachas de sequía y tristezas. Un equipo cuyos seguidores parecieran preferir el sufrimiento sobre la victoria. Un equipo acostumbrado a las tragedias, a los errores y a la mala suerte.

Su mejor etapa fue en la década de los setentas, donde ganó seis títulos oficiales, entre los que destacan tres ligas. Sin embargo, lo más recordado de aquella época no son las victorias, sino una derrota: la final de la Copa de Europa (ahora Champions) ante el Bayern en 1974, la única final de dicho torneo disputada por el Atleti antes de la de Lisboa jugada la semana pasada. Se dice que a partir de ese partido, la historia de los Colchoneros cambió.

El partido terminó empatado a cero goles en tiempo regular, por lo que debió jugarse una prórroga. En dicha instancia, Luis Aragonés adelantó al cuadro español, ventaja que parecía sería suficiente para lograr su primer título en la competencia y un prometedor futuro europeo; sin embargo, el destino tenía otros planes. A falta de 30 segundos para el final, el alemán Georg Schwarzenbeck empató el encuentro con un disparo de larga distancia, resultado que obligó a jugar un partido de desempate. Dicho encuentro terminó con una goleada de 4-0 a favor del conjunto teutón.

Muchos le atribuyen la mala suerte que ha rondado al equipo durante los últimos 40 años a ese gol en el último minuto. Y es que a partir de ahí y hasta 2010 (36 años) el club sólo obtuvo ocho títulos –la mayoría copas del rey– y un sinfín de tragedias con el mismo corte dramático, incluyendo el descenso de la temporada 1999-2000; siendo lo peor para los aficionados, la sequía de 14 años sin ganar título alguno (entre 1996 y 2010).

El título que terminó con aquella mala racha fue la Europa League 2010, siendo las estrellas, los sudamericanos Diego Forlán y Sergio Agüero; seguido a dicho título vinieron dos Supercopas Europeas (2010 y 2012) y otra Europa League (2012), de la mano de otra figura sudamericana: Radamel Falcao García. La meta ahora era terminar con la sequía de títulos nacionales, cosa que sucedió en 2013 con la conquista de la Copa del Rey ante su odiado rival, el Real Madrid.

Sin embargo, la mejor temporada que han tenido en los últimos 40 años ha sido la más reciente, la 2013-14; pues lograron obtener el título de liga después de 18 años de no hacerlo. Título que vale aún más al habérselo ganado a dos gigantes del futbol moderno (Real Madrid y Barcelona), tanto deportiva como económicamente hablando. Estamos hablando de dos equipos que le doblan el valor de su plantilla a los Colchoneros y tienen quizá diez veces más presupuesto que ellos.

La final de Champions ante el Real Madrid parecía la cereza del pastel para una temporada inolvidable, sin embargo, la historia fue diferente. Se revivieron viejos fantasmas del pasado, mismos que parecían haberse olvidado en el seno del cuadro rojiblanco. La historia parecía repetirse, el escenario nos trasladaba 40 años antes, sólo cambiaba el campo y los protagonistas.

El Atleti llegaba al minuto 90 con el resultado 1-0 a su favor gracias a una anotación del uruguayo Diego Godín –curioso, otro sudamericano– y parecía que sería campeón, rompiendo de una vez por todas esos estigmas y ataduras que le ligaban a la tragedia. En tiempo de compensación, a falta de dos minutos del final, el madridista Sergio Ramos conectó un cabezazo certero que metió por la garganta todos los gritos de victoria y felicidad que ya saboreaban los Colchoneros, y los cambió por las ya acostumbradas y bien conocidas lágrimas de tristeza.


Era todo, el partido se fue a tiempos extra pero ya todos conocíamos la historia. Uno, dos, y hasta tres golpes más vinieron a herir un ya curtido corazón de hincha adolorido. El castigo parecía demasiado, justo como hace 40 años, cuatro goles que le mostraban su destino a una afición acostumbrada a la ilusión, al dolor y al sufrimiento. Una vez más parece que un resultado marcará el futuro del equipo, si es que se tenían dudas sobre el mismo. Una vez más el Atlético perdió en el último minuto. Una vez más un niño le preguntará a su padre: “¿Por qué somos del Atleti?”

A continuación está el spot:

lunes, 7 de octubre de 2013

¿La vida en rosa o en azul? Los estereotipos

Por: Alhetse Veláz

@Alhetse




Un estereotipo es la imagen o percepción que se tiene de alguien o algo en relación a lo que la mayoría de las personas piensan o dicen al respecto; por ejemplo: “Las mujeres no saben manejar”, “Los hombres no saben leer un mapa”, “Los argentinos son unos exagerados”. Al leer las frases anteriores, notamos que lo que hacen los estereotipos es generalizar y dar por hecho que cierto factor es “tal cosa” sólo por lo que es,  sin detenerse a considerar si es verdad o no.

Pasa entonces que los estereotipos son esas ideas que damos por sentadas porque socialmente o culturalmente son difundidas, inclusive por nosotros mismos, y en la mayoría de los casos las creemos completamente ciertas. Pero no sólo eso, también los estereotipos se nos inculcan desde antes de nacer, ¿cuántas veces no hemos escuchado que si es niña, su cuarto, juguetes, accesorios, etc., tendrán que ser color rosa; mientras que si es niño, tendrá que ser azul? Esto es conocido como estereotipos de género.

Decir que a las mujeres les gusta el rosa y a los hombres el azul, es estereotipar y consciente o inconscientemente, muchas veces respetamos esta “regla”. Lo mismo pasa mientras niñas y niños van creciendo y desarrollando sus percepciones: en casa, en la escuela o en la calle las niñas no pueden jugar futbol, y los niños no pueden estudiar ballet porque de lo contrario serían juzgados y mal vistos.  Con estas ideas, ya sea por los padres, maestros y mucho más por la publicidad, crecemos, las aceptamos y las seguimos inculcando de generación en generación.
Actualmente las cosas han cambiado, ya no es un escándalo que un hombre se encargue de los quehaceres del hogar, o que sea él quien cuide a sus hijos; sin embargo aún quedan mentes cerradas que siguen respetando hasta la muerte algunos estereotipos como el que la mujer debe ser “la reina del hogar” y los hombres no pueden tocar ni por error una plancha o una escoba.

Debemos darnos cuenta que los estereotipos lo único que hacen es romper con la equidad que debe existir entre las personas, nos divide en grupos que deben fungir en ciertos roles solo porque es “lo correcto”; ponernos “etiquetas” sólo sirve para marcar diferencias muchas veces erróneas y absurdas que lo único que provocan es discriminación y falta de tolerancia. Debemos entender que no todos cumplimos con ciertos “papeles” sólo porque provenimos de México o de Francia; somos católicos o budistas; o simplemente somos hombres o mujeres. Así que ni rosa, ni azul dependiendo del género, simplemente debe depender de ¡lo que a ti te gusta!


¿Sabías que…… la juguetería Top-Toyen Suecia, por un catálogo en el que mostraba a niñas jugando con juegos de té y a niños jugando con pistolas fue considerarlo discriminatorio y denigrante, por un grupo regulador llamado Reklamombudsmannen? Gracias a esto en la Navidad del 2012, mostró un catálogo sin características sexistas de por medio. ¿Qué padre no, te imaginas que esto alguna vez fuera visto en nuestro país?


Y para rematar….
Según la definición que podemos encontrar en la RAE, un estereotipo consiste en una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo.

Pero hablando de la RAE, recientemente fue criticada por  un anuncio que  la agencia de publicidad Shackleton, le elaboró como regalo por su 300 aniversario. Dicho anuncio es considerado como "sexista", "misógino", "casposo" y "discriminatorio hacia la mujer" (una vez más la mujer es vista como la encargada del hogar) por lo que varios  colectivos feministas piden a la RAE que no autorice el anuncio y que sea retirado.

He aquí el anuncio y dinos ¿Qué opinas al respecto? ¡Di no a los estereotipos!