martes, 9 de junio de 2015

Actuar localmente, ¿pensar globalmente?

Por: George Rico

@george_rico35

El eslogan “Pensar globalmente, actuar localmente” (el título de la columna no es más que una paráfrasis), nació en la década de los setenta, cuando el naciente marketing deportivo veía la luz y reconocía como sus papás a los directivos de la NBA. Su objetivo está intrínseco en su contenido: buscar trascender de forma internacional realizando acciones en el ámbito local.

Hasta aquí sin problemas ¿no?, el problema nace cuando sólo se actúa localmente sin buscar extenderse más allá de los límites geográficos que han sido otorgados por default; tal es el caso de la Selección Mexicana. Una potencia dentro de Concacaf (donde se juega un futbol de tercer mundo, ad hoc con los países que la integran), pero un equipo “tres estrellas” en el resto del mundo, que se vanagloria de “darle pelea” a los seleccionados top y se lamenta cuando tropieza con escuadras de igual o menor nivel que el suyo.

Este verano, el equipo dirigido por el “vendido” Miguel Piojo Herrera (cuyo proselitismo es tema de un debate aparte), enfrentará dos torneos: Copa América y Copa Oro. La enmienda es clara: ganar el torneo local (Copa Oro) y mejorar el papel dado por el combinado nacional en la pasada Copa América (donde quedó en último lugar); sencillo, aunque analizando las listas y los recientes partidos amistosos, el panorama se presenta un tanto escabroso.

Es un hecho que ganará la Copa Oro, desde ya me animo a pronosticarlo; y es que de no ser así, deben renunciar todos los que componen la Selección y se debe prohibir el futbol en el país. Pero el probable –muy probable agregaría– mal desempeño que tendrá en la Copa América es lo preocupante; un torneo al que se acude por invitación (que todos sabemos es por la derrama económica que permite la participación del conjunto nacional y no por otra cosa) y cuyo nivel es claramente muy superior al ofrecido por el torneo de la Concacaf, debería ser la prioridad si es que de verdad se quiere trascender en el plano internacional.

He ahí el problema: “si es que de verdad se quiere trascender”; obviamente no es así. Muchos me refutarán que la Copa Oro da acceso a la Copa Confederaciones y es el torneo que “le toca” jugar a México; a lo que yo respondo: hay que trascender, hay que buscar siempre más, tener hambre de triunfo, tener la obligación de mejorar constantemente, tener el deseo de superarse. Y eso solo puede ser posible compitiendo frente a los mejores, México JAMÁS será una potencia futbolística enfrentándose a Honduras, Jamaica, Costa Rica y Panamá.

Más allá de la siguiente Copa América, la Selección Mexicana debe pedir competir en Conmebol para las eliminatorias mundialistas; es un escenario por demás posible: Australia se anexó a las eliminatorias asiáticas y Turquía hizo lo propio para eliminarse con los europeos. Dejar la zona de confort, eso es lo que debe hacer nuestro futbol, aventurarse a competir con rivales más fuertes y superarse, superarse continuamente, cosa que no puede hacer en su pequeño pedazo de tierra: “Pensar globalmente, actuar localmente”.

Sin embargo, no me engaño ni los engaño a ustedes, mientras el futbol nacional, el país mismo, siga siendo gobernado por connacionales pequeños –muy pequeños– de raciocinio, jamás trascenderemos; el mexicano es débil por naturaleza, sumiso por genética y mediocre por raza. Si el hombre no busca trascender en la vida y superarse, entonces su existencia no tiene ningún sentido, sólo el de perecer y repetir la historia una y mil veces más.


[Imagen vía i.sdpnoticias.com]

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