Por: George Rico
@george_rico35
Ocurrió lo lógico, lo más fácil de prever si se posee la más endeble objetividad y se deja de lado cualquier tipo de fanatismo: México hizo el ridículo en Copa América, por segunda ocasión consecutiva.La Selección no pudo pasar de la fase de grupos, instancia donde calificaron ocho de 12 equipos; en otras palabras, hay que ser muy malo para no calificar, y el Tri lo fue. Solamente Jamaica tuvo peor torneo que el combinado nacional; incluso Bolivia, selección que todos ponían como víctima en el grupo A, hizo más puntos que México.
Dentro del contexto de una Copa América bastante pobre -en cuanto al nivel futbolístico, porque la logística e infraestructura siempre quedan a deber en Sudamérica-, donde hay figuras suspendidas, otras lesionadas y unas más con bajo nivel, la Selección Mexicana perdió la poca credibilidad que se había ganado con sus previas participaciones (exceptuando la más reciente, donde fue último lugar).
Como siempre, los escándalos extracancha jugaron un papel importante y le restaron importancia a la crítica netamente deportiva. Aunado al miedo terrible de la idiosincrasia mexicana para no admitir un error al 100% “Fracasamos… pero lo intentamos”. Es risible que el técnico nacional trate de aceptar su culpa, pero al mismo tiempo protegerse con el escudo de “lo intentamos” y “la culpa la tienen los mal vibrosos” (obvio no dijo eso último, pero lo ha dado a entender).
Jugadores en bajo nivel debido a su poca o nula actividad en clubes, lesiones, bajas de juego e inexplicables llamados se conjuntaron para concretar una triste actuación, donde se obtuvo un buen empate frente al país anfitrión (el partido más difícil), se perdió frente a un equipo que no contaba con su mejor cuadro (Ecuador) y se empató con la Cenicienta del grupo (Bolivia). En resumen: lo mismo de siempre.
Ahora no habrá argumentos sólidos para justificar un fracaso en la Copa Oro -entiéndase no ser campeón-. Equipo “titular” y rivales endebles presagian un fácil campeonato para la escuadra mexicana. De no ser campeón, la FMF deberá replantearse la “Piojomanía” que ellos mismos iniciaron; un fracaso en la molera Copa Oro es inadmisible para Herrera y para cualquier DT.
En lo que resta de la Copa América, salvo el Perú-Bolivia, los cuartos de final lucen (en apariencia) atractivos, aunque por lo mostrado, no se puede aventurar a predecir buen futbol. Pues ni Brasil ni Argentina juegan como las potencias que la historia les permite presumir; Colombia ha quedado muchísimo a deber, Uruguay no es el mismo equipo de hace cuatro años y Chile pinta como el gran favorito.
Pronósticos del Credo del Futbol: Brasil, Argentina, Chile y Perú. Campeón: Chile.
[Imagen vía ESPN]