miércoles, 2 de julio de 2014

Brasil 2014: Lo lógico de lo ilógico

Por: George Rico

@george_rico35

Las inverosimilitudes fueron la pauta durante la primera fase de Brasil 2014, donde la lógica brilló por su ausencia –al menos en un porcentaje mayor de encuentros–. Sin embargo, una vez terminada la segunda fase, la primera de eliminación directa (o “mata-mata”, como se conoce en Brasil), la lógica comienza a tomar el control del campeonato.

Se podría hablar de una lógica que impera incluso dentro de lo ilógico, y me explico con el siguiente ejemplo: en el encuentro entre Costa Rica y Grecia, lo lógico era que avanzara la selección tica, ya que venía de eliminar a dos campeones del mundo, pero lo ilógico era la presencia de estas dos selecciones en octavos de final; en este ilógico escenario triunfó el equipo que lógicamente tenía más oportunidades.

Pero dejemos de revolvernos, en los ocho encuentros teníamos a un lógico ganador: Brasil por ser local e históricamente ser superior a los chilenos; Colombia por traer una inercia ganadora y enfrentar a un Uruguay sin su mejor hombre y con los ánimos bajos; Holanda por ser históricamente mejor que México en mundiales y tener mejores jugadores; Costa Rica por lo explicado en el párrafo anterior; Francia por ser campeona del mundo y tener más experiencia y calidad que su rival Nigeria; Alemania por ser tres veces campeón y tener como rival a una selección debutante en esta ronda; Argentina por contar con uno de los mejores jugadores del planeta y dos campeonatos del mundo en sus espaldas; y Bélgica por tener una mejor plantilla que la de EE UU.

De esta manera la lógica se comienza a imponer en la justa mundialista; pero lo ilógico fue la forma en que la mayoría eliminó a su rival: dos tandas de penales (Brasil y Costa Rica), tres victorias en tiempos extra (Alemania, Argentina y Bélgica) y una voltereta de último minuto (Holanda). Sólo Colombia y Francia avanzaron con algo de lógica.

Muchos dicen y dirán que “las distancias se han acortado”, “ya no hay equipos grandes”, “cualquiera puede ganar”, y un sinfín de molestos lugares comunes. Nada más alejado de la realidad; yo veo en cuartos de final a cuatro campeones del mundo (Brasil, Alemania, Argentina y Francia), una selección que ha perdido tres finales (Holanda), otra que ha llegado a semifinales (Bélgica), una que se esperaba que llegaría lejos en el torneo (Colombia), y el común “caballo negro” o la sorpresa/revelación que tienen la mayoría de competiciones importantes (Costa Rica).

Por lo que sus lugares comunes se materializan en una sola escuadra: la tica. A menos que Costa Rica sea campeón –suceso que significaría que el fin del mundo es inminente–, tales “argumentos” quedarán desacreditados. Los mundiales se ganan con algo más que buen juego –pregúntenle a la selección mexicana–, se ganan con estirpe. Muchos dicen que “la historia no juega”, a lo que yo les respondo que aquel que niegue su pasado está condenado a repetirlo. A fin de cuentas, el pasado es lo único que existe.

En este contexto de octavos de final, la falacia mexicana comandada por “El Piojo” y compañía fue desenmascarada y mostrada a un “pueblo” que vive de utopías, de ilusiones y esperanzas mal cimentadas.
Al respecto de esto, siempre he creído que el deporte de un país es el fiel reflejo de su sociedad; así como dicen que los ojos son la ventana del alma, digo que el deporte es la ventana de la sociedad de un país. Y la selección mexicana es una calca de la sociedad mexicana: destinada a olvidar su historia y, por ende, a repetirla.

Pero regresemos a lo que nos atañe: el futbol. Dentro de la cancha nos quedó claro que sólo hay una forma para que Brasil sea campeón del mundo, y no depende precisamente de su habilidad o destreza con el balón, sino más bien a un milagro deportivo o, en su defecto, arbitral; nos quedó claro –al menos a un servidor– que el próximo campeón del mundo saldrá del choque entre Francia y Alemania; nos quedó claro que Argentina no trae nada y que posiblemente sucumbirá ante Holanda en semis (siempre y cuando la lógica dentro de lo ilógico siga imperando); nos quedó claro que los 11 jugadores ticos pasarán a la historia por los siglos de los siglos; y también nos quedó claro que Holanda está destinada a ser el mejor subcampeón de la historia y que Bélgica tiene oportunidad de igualar su mejor papel en mundiales.

Sea como fuere, ya tenemos a los ocho equipos que se enfrentarán en cuartos de final por el trono que dejó vacante España. Y mis pronósticos son: la lógica de lo ilógico seguirá triunfando, por lo que pongo como semifinalistas a Brasil, Alemania, Holanda y Argentina.


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