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jueves, 13 de marzo de 2014

Derechos y obligaciones

Por: Aaron Guerra

@reuguerlewis

Hace unos días me planteaban mucho la idea de equidad de género  como algo de vital importancia, y no dudo que lo sea pero eso me hizo darme cuenta de  otro tema muy similar y también de gran importancia: las responsabilidades de nosotros con los demás, ser ciudadano no simplemente es tener derechos, también estamos sujetos a  un conjunto de deberes y obligaciones que nos vinculan a la vida en común y nos comprometen con cualquier proyecto político que pretenda perdurar en el tiempo.

En definitiva, los derechos, los deberes y la justicia no son partes separadas de la construcción de la ciudadanía, sino piezas imprescindibles de una única estructura.

Ahora bien, por lo general, las obligaciones de la ciudadanía se enmarcan en los límites territoriales del Estado moderno. Es verdad que los ciudadanos tenemos que asumir cada día más obligaciones o deberes que van más allá de las fronteras estatales ¿Tiene el ciudadano algún deber con quienes no son sus conciudadanos y ni siquiera residen en su Estado? No es difícil encontrar, en la filosofía política actual, un gran consenso sobre la existencia de deberes básicos de asistencia y de respeto a los derechos humanos como parte de los deberes de cualquier individuo con cualquier otro. Pero ¿existen obligaciones que vayan más allá de esos deberes mínimos y básicamente negativos?

Deseo plantear la cuestión partiendo de una intuición moral. Sabemos que un niño que nace en Angola tiene actualmente setenta y tres veces más posibilidades de morir antes de los cinco años que si nace en Noruega. ¿Es este hecho injusto o sólo es desafortunado? Mi intuición moral es que es injusto. Pero ¿por qué? Hay innumerables datos que muestran la magnitud de las desigualdades de salud a escala mundial.

Según Médicos sin Fronteras, hay veinte millones de niños con desnutrición en el mundo; en cambio, existe suficiente alimento para que nadie pase hambre ni esté desnutrido. ¿Tienen los ciudadanos de los países más ricos el deber de paliar estas desigualdades? La Organización Mundial de la Salud declara, en su texto fundacional, que «el goce del grado máximo de salud que se puede lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social».


Ahora bien, ¿tienen los estados el deber político de llevar a cabo ese compromiso? ¿Se trata de un compromiso moral y voluntario de simple asistencia o bien es una exigencia de justicia?

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