Por: George Rico
@george_rico35
Imaginemos la siguiente escena: vamos
en nuestro auto con nuestro pequeño hijo de cinco años en el asiento trasero,
vamos pensando en cualquier cosa cuando de pronto, el muchacho nos voltea a ver
e inocentemente pregunta “papá, ¿por qué somos del Atleti?”, haciendo referencia al equipo de futbol del que somos
aficionados desde que tenemos memoria y cuyo cariño y amor le hemos inculcado a
nuestro hijo. ¿Qué responder? ¿Acaso sabemos siquiera nosotros la respuesta?
¿Alguna vez nos lo hemos preguntado nosotros mismos? ¿Alguna vez lo hemos
pensado por lo menos?
La escena anterior se trata del famoso spot para televisión
realizado por la agencia Sra. Rushmore, sacado al aire como campaña de
publicidad del Atlético de Madrid para la temporada 2001-02, que era el segundo
año del club en la Segunda División española, el peor momento en la historia
del equipo.
Enseguida, la mayoría de los aficionados al club, por no
decir todos, se sintieron identificados con la escena, más por la perplejidad
reflejada por el padre al quedarse sin palabras ante el cuestionamiento del
pequeño. Acto seguido aparecía la leyenda
“No es fácil de explicar”, lo que redondeaba el sentimiento.
Miguel García Vizcaíno, director creativo de Sra. Rushmore y
responsable del spot, se identifica como un fiel seguidor del cuadro
Colchonero, razón quizá, por la cual logró plasmar el sentir de miles y miles
de hinchas al respecto de su pasión hacia el equipo de sus amores. “Nosotros se
lo preguntamos a nuestros padres, y ellos a nuestros abuelos”, declaraba el
creativo en un reportaje realizado por la cadena Canal+. Se trata de una
pregunta para reflexionar más que para responder.
El spot resume la historia de un club que siempre ha estado
ligado a las palabras “sufrimiento” e “ilusión”. Impulsado por un grupo de
estudiantes vascos que decidieron unirse para fundar un nuevo club que compitiera
con el más noble e impecable talento deportivo, nació el Athletic Club de
Madrid, el 26 de abril de 1903.
Se trata de un equipo que ha crecido a la sombra del Real
Madrid, su vecino y más grande y odiado rival. Un equipo que se ha
caracterizado por tener breves etapas gloriosas y larguísimas rachas de sequía
y tristezas. Un equipo cuyos seguidores parecieran preferir el sufrimiento
sobre la victoria. Un equipo acostumbrado a las tragedias, a los errores y a la
mala suerte.
Su mejor etapa fue en la década de los setentas, donde ganó
seis títulos oficiales, entre los que destacan tres ligas. Sin embargo, lo más
recordado de aquella época no son las victorias, sino una derrota: la final de
la Copa de Europa (ahora Champions)
ante el Bayern en 1974, la única final de dicho torneo disputada por el Atleti antes de la de Lisboa jugada la
semana pasada. Se dice que a partir de ese partido, la historia de los
Colchoneros cambió.
El partido terminó empatado a cero goles en tiempo regular,
por lo que debió jugarse una prórroga. En dicha instancia, Luis Aragonés
adelantó al cuadro español, ventaja que parecía sería suficiente para lograr su
primer título en la competencia y un prometedor futuro europeo; sin embargo, el
destino tenía otros planes. A falta de 30 segundos para el final, el alemán
Georg Schwarzenbeck empató el encuentro con un disparo de larga distancia,
resultado que obligó a jugar un partido de desempate. Dicho encuentro terminó
con una goleada de 4-0 a favor del conjunto teutón.
Muchos le atribuyen la mala suerte que ha rondado al equipo
durante los últimos 40 años a ese gol en el último minuto. Y es que a partir de
ahí y hasta 2010 (36 años) el club sólo obtuvo ocho títulos –la mayoría copas
del rey– y un sinfín de tragedias con el mismo corte dramático, incluyendo el
descenso de la temporada 1999-2000; siendo lo peor para los aficionados, la
sequía de 14 años sin ganar título alguno (entre 1996 y 2010).
El título que terminó con aquella mala racha fue la Europa League 2010, siendo las estrellas,
los sudamericanos Diego Forlán y Sergio Agüero; seguido a dicho título vinieron
dos Supercopas Europeas (2010 y 2012) y otra Europa League (2012), de la mano de otra figura sudamericana:
Radamel Falcao García. La meta ahora
era terminar con la sequía de títulos nacionales, cosa que sucedió en 2013 con
la conquista de la Copa del Rey ante su odiado rival, el Real Madrid.
Sin embargo, la mejor temporada que han tenido en los
últimos 40 años ha sido la más reciente, la 2013-14; pues lograron obtener el
título de liga después de 18 años de no hacerlo. Título que vale aún más al
habérselo ganado a dos gigantes del futbol moderno (Real Madrid y Barcelona),
tanto deportiva como económicamente hablando. Estamos hablando de dos equipos
que le doblan el valor de su plantilla a los Colchoneros y tienen quizá diez
veces más presupuesto que ellos.
La final de Champions
ante el Real Madrid parecía la cereza del pastel para una temporada
inolvidable, sin embargo, la historia fue diferente. Se revivieron viejos
fantasmas del pasado, mismos que parecían haberse olvidado en el seno del
cuadro rojiblanco. La historia parecía repetirse, el escenario nos trasladaba
40 años antes, sólo cambiaba el campo y los protagonistas.
El Atleti llegaba
al minuto 90 con el resultado 1-0 a su favor gracias a una anotación del
uruguayo Diego Godín –curioso, otro sudamericano– y parecía que sería campeón,
rompiendo de una vez por todas esos estigmas y ataduras que le ligaban a la
tragedia. En tiempo de compensación, a falta de dos minutos del final, el madridista
Sergio Ramos conectó un cabezazo certero que metió por la garganta todos los
gritos de victoria y felicidad que ya saboreaban los Colchoneros, y los cambió
por las ya acostumbradas y bien conocidas lágrimas de tristeza.
Era todo, el partido se fue a tiempos extra pero ya todos
conocíamos la historia. Uno, dos, y hasta tres golpes más vinieron a herir un
ya curtido corazón de hincha adolorido. El castigo parecía demasiado, justo
como hace 40 años, cuatro goles que le mostraban su destino a una afición
acostumbrada a la ilusión, al dolor y al sufrimiento. Una vez más parece que un
resultado marcará el futuro del equipo, si es que se tenían dudas sobre el
mismo. Una vez más el Atlético perdió en el último minuto. Una vez más un niño
le preguntará a su padre: “¿Por qué somos del Atleti?”
A continuación está el spot:
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