Por: Pedro Iván Galeana
Hace apenas unas horas se daba la noticia
de que el presidente de México Enrique
Peña Nieto será el personaje de la
portada de la revista estadounidense Time,
como todo en el mundo de la política, este hecho estuvo lleno de burlas en el
internet, que aluden a la capacidad del mandatario a realizar un buen gobierno.
Lo que también es un hecho, es que
pareciera que la imagen en la que se ve
al actual presidente, se observa diferente
desde el extranjero, ya que a nivel nacional, la reputación de sus capacidades
así como el rumbo de su gestión no son bien vistos por especialistas, ni por un
gran numero de ciudadanos.
No obstante, el sexenio de Enrique Peña
Nieto será uno de los más trascendentes en la historia del país, debido a que
desde su llegada, ha podido emprender las reformas estructurales que muchos
presidentes en su tiempo de administración no pudieron realizar, estas fueron
aprobadas con tan solo un año de la gestión del actual ejecutivo.Las reformas
mencionadas anteriormente afectan y reestructuran aspectos en materia
energética, de educación, política- electoral, fiscal entre muchas
otras.
La aprobación de las reformas y la
gestión de Enrique Peña Nieto como presidente de México se ve, desde el aspecto internacional, como
un gran cambio en la historia del país, inclusive muchos medios de comunicación
de diferentes países, en especial de Estados Unidos y España, observan el buen
desempeño que el ejecutivo realiza a favor de la modernización del país.
Sin embargo y como ya lo había
mencionado, la realidad es otra, ya que las reformas estructurales han desatado
muchos disgustos en la población mexicana, que se manifiestan en protestas en
contra del presidente de México y de sus acciones. Protestas que impugnan y
desaprueban la privatización de los sectores: energético, educativo o de
telecomunicación, son las principales causas por las que la población desconfía
de su gobierno.
La poca gobernanza que existe actualmente
en México es preocupante, sin la existencia de ésta, no es posible consolidar
la joven democracia que se implementa en el país desde el año 2000.
Además de la desconfianza entre los
ciudadanos y sus representantes, a México se le suman otros factores que
entorpecen la visión de modernización de Enrique Peña Nieto que son: la falta
de empleos de calidad y bien pagados, la poca educación que hay en el país, las pocas oportunidades que tiene un ciudadano
para educarse, el narcotráfico y el crimen organizado que afectan directa e
indirectamente a poblaciones, la poca inversión en educación y tecnología, así
como en el sector primario de la economía nacional, entre muchos otros.
En la actualidad el mundo ve a México
como un país con muchos recursos en los que se puede invertir y ganar, la
política y la propaganda de Enrique Peña
Nieto hacia la apertura y modernización del país es muy atractiva para
iniciativas privadas, ya sea nacionales y extranjeras; sin embargo, si esa
riqueza solo queda en manos privadas, la sociedad de mexicana no se modernizará,
por el contrario, quedará cada vez más y más sumida en la pobreza, con
sirvientes en lugar de ciudadanos, que no pueden satisfacer todas sus
necesidades mínimas para subsistir en una jungla, donde no tienen derechos de
opinión o participación.
Si los medios extranjeros reconocen la
labor del jefe del ejecutivo de México por sus reformas y por haber diseñado un
ambiente político de cooperación entre el gobierno con los partidos opositores, no hay
que olvidar que el país está lejos de ser una nación de primer mundo, y que el
plan diseñado por el presidente y sus secretarios de Estado enfrentará este año
un duro obstáculo: llevar a la realidad esas expectativas que tanto generan sus
políticas.
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