Por: Aaron Guerra
@reuguerlewis
Hace 20
años surge la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) que sorprendió al gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari
al alzarse en armas y declararle la guerra el 1 de enero de 1994, el mismo día
que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de México con Estados Unidos y
Canadá.
En ese año,
comunidades indígenas se politizaron y
formarían grupos de auto defensa,
esto a raíz de la reforma del artículo 27 con lo cual se finalizaba el reparto
de las tierras, además de una serie de acontecimientos provocados por el
neoliberalismo, la crisis económica, etc. Lo que finalmente culminó con demandas que se fueron ampliando
como por ejemplo, la lucha por la tierra, que fue el motivo inicial de la
organización, luego fueron incluyendo otro tipo de reclamos como el
mejoramiento en las condiciones de vida
(salud, educación, créditos, comercialización).
Los combates
duraron 12 días en el estado de Chiapas y se cobraron decenas de muertos, la
gran mayoría zapatistas. Tras un alto al fuego se abrió un proceso de diálogo
sobre las reivindicaciones de la insurgencia.
Cabe destacar
que el EZLN no buscaba el poder político, además cabria señalar que la lucha armada fue la única vía que dejaron las autoridades
para un cambio en el país, y que con el
paso del tiempo y darse a conocer
internacionalmente el movimiento, terminaría en una negociación
con el gobierno para el surgimiento de los acuerdos de San Andrés.
Tras 20 años del surgimiento del (EZLN), los zapatistas
han denunciado su incumplimiento por parte del gobierno y siguen reclamando una
reforma constitucional que garantice su autonomía. Mientras que la percepción
de algunos sectores de la población actualmente considera al movimiento como un recuerdo que poco a poco se esfumó, que en 1994 surgía como destellos de rebeldía que eran esperanzadores
y optimistas.
El
movimiento zapatista continúa a lo largo
de esos 20 años en los cuales han
permanecido aliados de medios de comunicación, servicios públicos, partidos
políticos. Sin embargo, ahora son los pueblos los que deciden y analizan quién
ha de ser su autoridad y quién ha de gobernar de acuerdo a sus propias leyes
autónomas.
Ellos han aprendido a organizarse mediante las Juntas de Buen
Gobierno, creadas de manera unilateral en 2003 en los municipios de influencia
zapatista para dar autonomía a las comunidades.
Todo
esto por el planteamiento
político de reclamo a un gobierno de transición a la democracia, como la vía
para arribar a un régimen democrático que era incapaz de conciliar demandas fundamentales: libertad y democracia.
La sociedad indígena ha buscado la inclusión
en una sociedad dividida, egoísta e individualista que fue canalizada en 1994
por el EZLN como protesta hacia la modernización de la vida política del país,
en vías de transición a la democracia por medio de la igualdad de derechos y
libertades entre los individuos y colectividades étnicas que a la larga
despertarían la simpatía de la sociedad mexicana.
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